EL PARTIDO
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Jugadores de pelota I Carlos Orduña Barrera |
Después de intensos minutos y de sublimes jugadas que se quedarían en la historia y en la memoria de los ahí presentes, el encuentro se hallaba en su punto más fúlgido, pues si bien las dos manos, que le habían costado sendos puntos al equipo local, fueron pifias garrafales, y la salvada portentosa con la cadera del defensa del equipo contrario había alcanzado un estatus casi épico, ello no tenía parangón con lo que estaba a punto de escribirse.
Luego de una milagrosa remontada del equipo local, el último punto decidiría todo: El balón cayó a tierra; los hombres disputaban aguerridos la pelota, determinados a alcanzar la gloria. La pelota iba de un lado a otro en un vaivén de botes y rebotes que nadie podía detener…Uno de los locales se barrió y le alcanzó a pegar con la rodilla. El rebote hizo que la esférica, elevándose, tomara el rumbo hacia la meta contraria; el último hombre, guiado por el instinto de quien quiere ganar, quiso pararla con las manos, pero recordó que las reglas se lo impedían, el momento de indecisión salió caro: la pelota rebasó la línea final…
Los vencedores con las manos en alto, encumbrando al cielo, subían los escalones entre las plegarias y los gritos jubilosos de su pueblo que aclamaba el esfuerzo y el sacrificio de sus jugadores. El capitán exhausto pero satisfecho echó un vistazo a la cima de la construcción, en donde, con un cuchillo de obsidiana en la mano, el gran sacerdote maya los aguardaba.
Raúl Reyes Aguilar.
1 comentario:
Muy buen cuento. Me causó sorpresa, pensé al principio que se trataba de futbol.
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